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Más de 400 mil hogares del campo utilizan tecnologías que incrementan producción y productividad agropecuaria

Más de 400 mil hogares del campo utilizan tecnologías que incrementan la producción y la productividad agropecuaria.

 Con la intervención del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai

 La intervención de Foncodes ha trazado un horizonte de progreso y mejora en la calidad de vida de 433,085 hogares de las comunidades rurales de 23 departamentos. El uso de las tecnologías productivas básicas, de fácil aplicación en la vida diaria, ha tenido un impacto en el incremento de la producción y productividad agropecuaria, y con ello en la seguridad alimentaria y el aumento de los ingresos de las familias.

El Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social, Foncodes, programa del Midis, a través del proyecto Haku Wiñay (en la sierra) y Noa Jayatai (en la selva), ha implementado 215,693 sistemas de riego presurizado, 438,868 módulos de cultivo de hortalizas en huertos familiares a campo abierto y en fitotoldos, 687,258 módulos de abonos orgánicos (compost y biol) y 242,650 módulos de crianza tecnificada de animales menores (cuyes, gallinas y cerdos).

Tras un proceso de capacitación y asistencia técnica, las familias utilizan el sistema de riego presurizado por goteo y microaspersión, con tuberías, mangueras y aspersores para la optimización del uso del agua en cultivos agropecuarios. Con esta tecnología, obtienen hasta tres cosechas al año de habas, papa, maíz, alfalfa, hortalizas y otros cultivos agropecuarios que se destinan para la alimentación y el resto para la venta en los mercados locales y regionales.

Producción de abonos orgánicos para la agricultura familiar. El compost es de fácil preparación y aplicación; se obtiene de la mezcla de restos vegetales y animales que se descomponen de forma natural por la acción de microorganismos. El biol es el resultado del proceso de fermentación y descomposición de materiales orgánicos en biodigestores; se trata de un excelente fertilizante foliar para potenciar cultivos de papa, maíz, trigo, haba, frutales y otros.

El fitotoldo es otra tecnología que regula las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa, luminosidad) para la producción de hortalizas como zanahoria, lechuga, espinaca, betarraga, plantas aromáticas y otras en zonas con climas extremos.

La crianza tecnificada de animales menores como cuyes y gallinas permite obtener carne y huevos de alto nivel proteico para el consumo familiar; y la venta de los excedentes incrementa los ingresos monetarios. También la instalación de cocinas mejoradas, el consumo de agua segura y el manejo de residuos sólidos contribuyen a una vida más saludable.

Estas y otras tecnologías productivas básicas desarrolladas por el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai son muy flexibles y se adecúan a las condiciones económicas, sociales y culturales de las familias rurales. En cada una de estas actividades es clave el acompañamiento de los yachachiq o líderes locales, con conocimientos de técnicas agropecuarias, dominio del idioma y cultura local.

Con la asistencia técnica basada en la metodología ‘aprender haciendo’, se transmite conocimientos y técnicas hogar por hogar para fortalecer sus capacidades con innovaciones tecnológicas productivas sencillas y de bajo costo.

Al fortalecer las capacidades de las familias, estas logran incrementar su producción y productividad para el autoconsumo, y los excedentes pueden venderse en mercados locales y regionales.

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